Qué te puedo decir...
Hace un par de años que comencé a soñar. Pero no a soñar lo que te dicta lo sociocultural (por decirlo de alguna manera), cosa que hice durante mucho tiempo, sino a soñar conectada con mi propio deseo.
Nunca en mi vida hubiera pensado que YO (y las mayúsculas no son casualidad) iba a lograr cumplir alguno de esos sueños. Pues bien, viajé a Cuba. Y viví una de las mejores experiencias de mi vida (hasta ahora). Hice cosas que nunca pensé iba a poder hacer como bucear y andar en una moto de agua que en realidad era como una lanchita, hasta tener en mis manos un mini cocodrilo.
Pero mi viaje no se trató de eso, y menos me voy a poner a hablar de política.
Respiré un aire que nunca jamás había respirado, ni siquiera en Brasil donde la cultura está en el aire también.
Respiré, y me conecté con lo más profundo de mi deseo como artista. Y es ahí donde no encuentro palabras y recurro a la música para expresar con el cuerpo lo que no puedo con las palabras.
Por supuesto tomé sol, hice visitas de turista y boludeces varias. Pero gracias a ese viaje y otras cosas más es que sé hacia dónde voy.
En el camino hay sueños que se caen (y mierda que duelen) pero otros se van acomodando (y mierda que dan placer).
Heme aquí, frente al Malecón. Qué te puedo decir, te deja sin aliento...
lunes, abril 20, 2009
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